Quien vea ésta canasta de Felipe Reyes seguro que incluye la palabra suerte en su exclamación, si entendemos suerte como "encadenamiento de los sucesos, considerado como fortuito o casual" probablemente estemos atendiendo sólo a una parte de esa realidad.
La otra, la que los comentaristas deportivos no cuentan, es que desde que Felipe era minibasket en cada recreo jugaba con sus amigos a meter canastas desde medio campo, que mientras su entrenador llegaba aprovechaban los compañeros de equipo a tirar desde sitios imposibles que iban subiendo en dificultad y originalidad (con los ojos cerrados, desde detrás de la canasta o de rodillas...)
Unido a esa costumbre de gritar la cuenta atrás desde los banquillos al final de cada cuarto para que tire quien sea y como sea, por si acaso. "¡cinco, cuatro, tres...tira,tira..!"
La repetición de la acción una y mil veces, fallando el tiro en muchas ocasiones, hace que todo un campeón del mundo pueda meter una canasta sobre la bocina, de espaldas y saliéndose del campo.
Competencias adquiridas o como se suele denominar: ¡suerte!
¡Genial como siempre, amiga! Competencias adquiridaaaaas, eso no pasa así como así, ni es tan fácil como parece!!!
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