viernes, 6 de noviembre de 2015

Los programas de Orientación (a veces) sí crean Empleo





Una de las críticas que se utilizan para justificar la menor asignación presupuestaría a los programas de Orientación para la Inserción es que si no hay trabajo, el personal técnico no va a crearlo y entonces ¿para qué hacen falta tantos puestos de trabajo en el ámbito de la Gestión del Empleo o de la Orientación?
Así a simple vista, nadie pone esto en tela de juicio, a excepción del personal técnico que está en paro.

Hay diversidad de programas, proyectos y planes de empleo que en su diseño incluyen el acercar a las personas en desempleo al mercado de trabajo a través de prácticas; ya sean laborales, profesionales o formativas. La premisa es clara y buena, acercar a las personas al empleo es hacerlas más empleables.

 Todo este mundo de las prácticas tiene una cosa en común: las personas pasan un número determinado de horas en una empresa aprendiendo y desempeñando una ocupación predeterminada.

El resto de variables o circunstancias son de lo más variado, así existen:

 - Practicas visadas y registradas en Inspección de Trabajo con seguro de responsabilidad civil incluido y    otras que NO. Con protocolos o procedimientos muy diferentes, que pueden incluir convenios.

 - Personas que acceden a las prácticas seleccionadas por las entidades y otras seleccionadas por las empresas. 

 - Personas que cobran por realizar dichas prácticas y otras que nada.

 - Personas que para acceder tienen que tener experiencia previa y otras que lo tienen prohibido   expresamente.

 - Prácticas que se realizan con una capacitación previa y otras sin ella. 

 - Empresas que se comprometen a contratar a un porcentaje de personas al terminar las mismas y otras que  están esperando a que termine un grupo para que empiece el siguiente. 

 - Empresas que cubren las vacaciones o picos altos de productividad con personas en prácticas y otras que  se auto imponen como norma el que haya, siempre, una persona tutorizando el proceso en todo momento.

 - Y sí, tristemente, empresas que despiden personal para meter gente en practicas. Al igual que hay otras que sólo quieren formar a personas en practicas cuando tienen previsto contratarlas a posteriori. 

 De esta variabilidad podemos concluir que algunas practicas facilitan la contratación de las personas en desempleo y que otras, directamente, destruyen empleo.

 Esto pasa porque no existe un marco legal único para estas acciones. Pero no sólo por ello , y qué pasa con el personal técnico de programas que tienen las responsabilidad de gestionar estas acciones para la inserción ¿tienen normas en las que apoyarse? ¿Ética, Moral? ¿Objetivos a cumplir? 
Y las empresas ¿en base a qué gestionan y /o aceptan personas en prácticas?
 Lo que hacen ¿está bien? ¿está mal ?

 Según las consecuencias de sus acciones o generan oportunidades o pervierten el mercado de trabajo, dejando una gran bolsa de empleo sumergido legal.

 Fernando Savater en este vídeo habla del estudio en el que se centró Kant sobre el núcleo esencial de la moral humana. Donde formuló el siguiente imperativo categórico: Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.
Esto, según explica Savater, es actuar como querríamos que cualquiera en idénticas circunstancias a las nuestras, actuase. Así evitaríamos ser instrumentos en manos de otros, apunta. 
                  
                           Y el estudio de la filosofía desapareciendo....

sábado, 20 de junio de 2015

Los ninis, la OCDE, la tasa de paro, la EPA y demás realidades


La OCDE lleva pensando y preocupandose por la situación del desemepleo de nuestro país algunas décadas, os confieso que hasta que no han hablado de los ninis de España no les había hecho mucho caso.
Parece importante lo que dicen, hay palabras que quieren ser nuevas; innovación,  flexibilidad, cualificación especializada, todas ellas hablando del mercado de trabajo. Y si no fuera porque llevan cerca de cuarenta años diciendo lo mismo con escaso éxito, casi me lo creería. Como muestra este articulo de 1983 publicado en el diario ABC.

La gente joven que no hace nada,  ese es el problema.  ¡¡Y se quedan tan anchos diciendo esto!! No es que la ausencia de alternativa los paralice,  es que parece que quienes no han llegado a los treinta años han generado el problema del paro en este país.

Siento que el artículo se lea regular,  pero si podéis buscadlo en la hemeroteca de ABC, y haced el ejercicio de leerlo como si fuera de este año 2015, veréis como os sorprendéis de las similitudes de esa realidad del Mercado de Trabajo entre los ochenta y el siglo XXI. Y de las soluciones propuestas al problema del desempleo que siguen siendo las mismas; abaratar los despidos o bajar el SMI a los jóvenes sin formación. Y nos seguimos preguntando...¿Por qué tanto paro?


jueves, 5 de marzo de 2015

Crimen y castigo o cómo disuadir del empleo

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Trabajadoras en la fábrica Larios-Málaga sigloXIX 
Autor:Montes Crespo


Antonio lleva 3 años sin trabajar. Tiene 53 años, justo un mes antes de que el subdio de mayores de 52 años pasara a ser de mayores de 55, se pudo acoger a él.
Desde el Servicio Público de Empleo Estatal no le han dejado lugar a dudas: "tiene mucha suerte" y con esa sensación de derrota y vida laboral finalizada se fue Antonio a casa.
A los meses accedió a una oferta de empleo, de mantenimiento en un centro educativo, era a media jornada pero la cara de satisfacción de Antonio decía mucho más que su contrato. Tenia trabajo, él sabía hacerlo y quería empezar cuanto antes. Era noviembre, fue  a preguntar a prestaciones y cortó el cobro del subsidio para retomar su vida laboral y de camino su dignidad.

En enero volví a saber de él. En el instituto se cortaban las clases para las vacaciones de Navidad, y  a él, la contrata de turno, le cortaba el contrato. "Ya te volvemos a dar de alta después de Reyes" Antonio como desempleado experto acudió a prestaciones a retomar su  subsidio, no podía estar 15 días sin ingreso alguno.
El mensaje fue claro: "usted puede perder este derecho de mayores de 52 si continua trabajando y genera un nuevo derecho" Estando en vigor otra norma que concede esa ayuda a mayores de 55 y no de 52, Antonio veía peligrar el salvavidas que mantenía a su familia en caso de no estar trabajando: el paro.
Con este panorama,  a un lado y a otro,  tomó la decisión más dolorosa para él: dejar el empleo (parcial y temporal) para agarrarse al subsidio que le garantizaba unos mínimos ingresos de subsistencia.

La sociedad critica a estas personas, los llaman vagos, es que no quieren trabajar, estamos en un país de subsidiados... Estas y otras perlas estamos acostumbrándonos a oír y lo que es peor, a interiorizar.
Esta historia de fracaso hará que Antonio, dificilmente, vuelva  a intentarlo.

Leí con interés el nuevo subsidio llamado:  Programa de Activación para el Empleo con la intención de buscar en él aquellas medidas que incentivaran trabajar, pues no quería ofrecerle  a  Antonio ni a nadie, la fracasada oportunidad de trabajar jugandose sus ingresos mínimos.

En las compatibilidades aparece la opción de trabajo por cuenta ajena y literlamente dice que el trabajador mantendrá la percepción de la ayuda económica  durante la vigencia del contrato por el tiempo que le reste por percibir aquella, hasta un máximo de 5 meses. Al leer esto no pude evitar alegrarme enormemente y pensé ¡¡esto si que es Activar para el Empleo!!

Claro que seguí leyendo; "durante este tiempo, el empresario descontará la cuantía de la ayuda económica del importe del salario que corresponda percibir al trabajador"  Es decir que la principal motivación del trabajo que es el sueldo o salario, disminuye o casi desaparece en caso de contratos parciales.

¡¡Qué aberración!! Pongámonos en ese lugar: vamos a trabajar, seguimos cobrando el subsidio y la sensación es que la empresa no me paga, no produzco, no genero riqueza. Estoy aquí, tengo un contrato pero subsidiado. Un despropósito que parece que, sólo activará a las empresas.

Las políticas de empleo que desincentivan el trabajo son perversiones del sistema y si encima hacen que las personas se jueguen el quedarse con menos que nada, son injustas e insolidarias.

Y hay quien se atreve a juzgar a una persona en desempleo por sus acciones o ausencia de ellas. Pongámonos sus zapatos  y caminemos un rato con ellos, por ejemplo, hacia la cola de el paro.